Varios restauradores inspeccionaron
el portalón de acceso de la torre Spasskaya, la principal
del Kremlin de Moscú, y descubrieron el legendario icono
Spas (Salvador), una reliquia histórica y religiosa del
siglo XVII, que se creía destruido por la Revolución
de Octubre. Aunque como se ha podido ver, en realidad no se
destruyó, sino que fue tapado y protegido por un falso
tabique de estuco.
Pese a lo increíble del hallazgo, ha sido difícil
sacarlo a la luz ya que: ‘El icono estaba cubierto con
una reja metálica, una rejilla y por encima de ambas
una capa de yeso’, según ha explicado Alexander
Gatilin, portavoz de la Fundación de San Andrés
Pervozvanni, encargada de su restauración.
Tal y como relata Serguei Filatov, jefe de las obras de restauración,
la obra tenía dos rejillas y desde la segunda rejilla
al icono había una distancia de seguridad de 10 centímetros,
lo que indica que quien tapió las imágenes hizo
todo lo posible por conservar las reliquias.
Después de casi dos meses de intenso trabajo, el icono
ha sido restaurado: ‘Se conservó bien porque sobre
el icono se solaparon las capas de pintura añadida más
tardías’, afirma Gatilin. El icono, que mide 1,10
por un metro, fue colocado en la torre en 1659; su última
restauración data de 1896.
Quienes estos días visiten la Plaza Roja podrán
apreciarlo detrás de varios andamios y de una tela protectora
de color verde.
En la pintura aparece Jesucristo y, postrados ante él,
los santos Sergius de Radonezh y Varlaam de Khutyn. El icono
convive con la estrella roja que corona la torre Spasskaya,
famosa por su carillón. Construida por Pietro Solari
en 1491 durante el reinado de Iván III, la torre debe
precisamente su nombre al icono 'Spas'. Hasta que Lenin paró
en seco la era de los zares (en 1917 un proyectil bolchevique
cayó sobre el carillón y lo paró), los
rusos veneraban el icono quitándose el gorro en señal
de respeto cuando atravesaban la puerta de acceso al Kremlin.
Durante la época soviética sólo fue visible
el marco de piedra que ribeteaba el icono. Aunque no existen
documentos del periodo comunista que certificasen la destrucción
de las imágenes (cubiertas probablemente en los años
30), nadie pensó que se conservasen por lo que se creían
destruidas.