La Biblioteca cerrada durante
tres años ha sido sometida a una intensa restauración.
En la que se ha incidido en su seguridad de cara a su apertura.
Fue fundada por el papa Sixto IV en 1475, varios problemas en
su estructura obligaron al cierre temporal en 2007 para garantizar
la conservación de los miles de documentos que se encuentran
en sus archivos, que se remontan al siglo III y que, desde ahora,
podrán ser consultados de manera más fácil.
Los trabajos han sido seguidos de cerca por el papa Benedicto
XVI y está previsto que concluyan definitivamente dentro
de un par de años, según ha asegurado, durante
la presentación de la restauración, el cardenal
Raffaelle Farina, bibliotecario de la Santa Iglesia Romana.
Entre las mejoras, los visitantes se encontrarán con
un nuevo sistema de admisión y con un método de
consulta de documentos informatizado, conexión a internet,
mayores controles de seguridad y mejoras estructurales en varias
de las salas.
Gracias a una tarjeta con un microchip que los estudiosos recibirán
en el momento de la inscripción, los materiales de consulta
como los usuarios de la biblioteca estarán identificados
en todo momento y se podrán confrontar los datos de ambos
para impedir que los libros y documentos cambien de lugar sin
permiso.
Entre los 1,6 millones de textos que la Biblioteca posee, se
encuentra la pieza más antigua de cuantas han sido catalogadas
hasta la fecha, el papiro Bodmer 14-15, que contiene una transcripción
de los evangelios según San Marcos y San Juan datada
en el año 200. ‘Se trata de una reliquia, pero
es también un preciosidad desde el punto de vista histórico’,
según ha comentado Cesare Pasini, el prefecto de la Biblioteca
Apostólica.
Otras de las obras maestras que posee la magna Biblioteca son
dos obras de Virgilio, llamados el 'Virgilio romano' y el 'Virgilio
Vaticano' para distinguirlas, y de uno de los primeros ejemplares
que se conservan de la 'Divina Comedia' con ilustraciones de
Boccaccio, tres de las piezas más valiosas del tesoro
de la Biblioteca Vaticana.
Los archivos de la Biblioteca Vaticana contienen 150.000 manuscritos
y un millón de libros, de los cuales 8.400 son incunables,
y casi 300.000 monedas y medallas repartidos en sus distintas
salas, en muchas de las cuales se han llevado a cabo labores
de restauración durante estos tres años.
Las instalaciones han sido severamente remodeladas, se ha cambiado
el pavimento en algunas de las salas, se han instalado dos nuevos
ascensores, un nuevo sistema de climatización y de control
de la humedad que permitirá mejorar la conservación
de los documentos.
Sin embargo todo este patrimonio que no está al alcance
de todos ya que a la Biblioteca sólo pueden acceder investigadores
titulados o estudiantes universitarios que deseen consultar
el material para realizar una tesis.
Esto pretende ser cambiado y Pasini se mostró confiado
en que, a partir de 2011, se puedan realizar visitas fuera de
las horas de consulta para todos aquellos que deseen conocer
su patrimonio. Con este fin se inaugurará en noviembre
una exposición en la Plaza de San Pedro bajo el título
'Conocer la Biblioteca Vaticana: una historia abierta al futuro',
y se llevará a cabo un encuentro teórico en el
que varios expertos debatirán sobre el papel de esta
Institución y repasarán los últimos años
de su historia.
Además durante los próximos años se llevará
a cabo la remodelación del Salón Sixtino para
convertirlo en sala de consulta, y la digitalización
y catalogación del patrimonio de la Biblioteca Vaticana,
que se espera esté lista en diez años.