Ayer jueves 21 de octubre a
las siete de la tarde, el artista Marc Montijano realizó
en el CAC Málaga una performance titulada Metamorfosis
II (Los tres estados). Una pieza intimista y profunda que
captó la atención de la ciudad, congregando a
un elevado número de asistentes.
Montijano desplegó en este trabajo su particular universo
teñido de espiritualidad y sencillez. En esta ocasión
contó con la participación de tres modelos, dos
femeninos y uno masculino, que posaron con la estética
que caracteriza sus creaciones: desnudos, rodeados de cuerdas
y con el rostro cubierto por un saco de tela, en el que estaba
pintada con una cruz blanca.
Tres seres humanos que no interactúan entre ellos, cada
uno en una fase diferente de transformación, cercanos
en el espacio, pero sin ninguna conexión. Una composición
sencilla, para reflejar soledad y aislamiento, con las obras
de Dexter Dalwood como excepcional telón de fondo.
Metamorfosis II es el primer trabajo de una serie de
performances que Marc Montijano realizará en el CAC Málaga,
en la que el artista bucea en la capacidad humana de cambio,
de trasformación y en los sentimientos que surgen durante
ese proceso. Piezas que reflejan su visión del mundo
y, en particular, hablan de la relación del ser humano
y la sociedad actual.
Sus obras son difíciles de catalogar, tal y como ha afirmado
el propio autor: ‘Definir mi trabajo es complejo, bebe
de muchas fuentes. Son performances en la que básicamente
construyo ambientes para generar sensaciones. Busco crear un
ambiente, un clima que envuelva el espacio e introduzca a los
espectadores en el universo de Metamorfosis. Me interesa hurgar
en los sentimientos, en las sensaciones, me atrae lo que guardamos
en nuestro interior, los recovecos del hombre.’
Para conseguir este ambiente o universo, como lo llama el artista,
utiliza a hombres y mujeres, él mismo afirma: ‘Trabajo
con hombres y mujeres que están evolucionando, cambiando,
ya sea por iniciativa propia o forzados por sus circunstancias.
Pero el tema no me importa tanto como las sensaciones o sentimientos
que experimentan estas personas y que yo busco trasmitir’.
Un elemento determinante en toda su obra, son las cuerdas. En
este proyecto los personajes están rodeados de cuerdas.
A veces desatados completamente, con las cuerdas a sus pies
o sentados sobre ellas; otras veces a medio atar, deshaciéndose
de las ataduras; y en otros casos totalmente enrollados, como
una larva. Como hemos podido contemplar en esta acción.
El significado de las cuerdas, ‘ellas representan el capullo,
envoltorio o caparazón en el que germinan y la muda de
la que se desprenden cuando despiertan a la nueva vida’,
comenta el autor
En su trabajo el cuerpo desnudo lo emplea para simbolizar el
nacimiento, no pretende reflejar un ideal de belleza. Por eso
trabaja con personas normales, gente de la calle, es decir no
busca modelos profesionales. Busca personas de todo tipo, de
diferentes edades y distintas complexiones físicas.
Los modelos durante toda la performance llevan el rostro cubierto
con un saco de tela a modo de capucha, sobre ello su autor ha
indicado: ‘El anonimato me interesa porque no hablo de
un caso concreto, hablo del ser humano en su conjunto, el mensaje
que quiero trasmitir es universal. Además empleo el saco
como elemento misterioso y perturbador, me ayuda a lograr el
clima que busco’.
A la pregunta de, qué quiere expresar esta acción,
el artista declaró ‘esta performance, a parte de
una pieza autónoma, quiero que sirva como introducción
a mi universo. Pretendo enseñar mis credenciales. Generar
muchas preguntas y tal vez no ofrecer ninguna respuesta’.
Sólo cabe decir que la acción llevada a cabo ayer
en el CAC Málaga por Marc Montijano, reflejó muy
bien todo aquello que el autor nos cuenta, y que el ambiente
que rodeó la performance fue impactante. En cuanto llegó
Montijano con el primer modelo, se hizo un silencio sepulcral
y los asistentes no perdieron detalle. En todo momento hubo
una comunión entre el público, personas de todas
las edades y condiciones, y la acción.