La dirección del Museo
Chillida-Leku ha presentado un expediente de regulación
de empleo (ERE) que afectará a los 23 empleados que actualmente
trabajan en el centro y el cierre de la entidad a principios
de año.
El cierre está motivado por la ‘situación
de déficit recurrente’ que padece este museo, al
igual que la práctica totalidad de museos de obra artística,
‘que se ha visto agravada por la crisis económica
general, disparando las cifras deficitarias a niveles insostenibles
desde la perspectiva de una iniciativa privada’.
El museo que este año ha cumplido sus diez años
de existencia, ha declarado que la dirección del museo
sigue ‘abierta a un acuerdo que respete las condiciones
que considera imprescindibles para asegurar la continuidad’
del proyecto ‘tal y como lo definieron Eduardo Chillida
y Pilar Belzunce’.
Se seguirán llevando a cabo todas aquellas actividades
paralelas que se desempeñan con independencia del cierre
al público, como son la conservación del patrimonio
artístico o la realización de exposiciones nacionales
o internacionales, entre otras.
Chillida-Leku es la consecución de un sueño durante
años anhelado por el autor: Crear un espacio a la medida
de su obra donde esta pudiera ser permanentemente expuesta.
Este museo monográfico es fiel muestra de su evolución
y trayectoria escultórica durante 50 años.
El recinto consta de tres áreas definidas. El jardín
de 12 hectáreas dominado por hayas, robles y magnolios
en el que se encuentran más de 40 esculturas. La zona
de servicios, dotada de un auditorio donde poder ver imágenes
del artista en su trabajo, una zona de descanso y una tienda.
Y, por último, como pieza central del museo, el caserío
Zabalaga que alberga las obras de menor formato realizadas en
acero corten, alabastro, granito, terracota, yeso, madera o
papel.