El texto, presentado ayer por
el teniente de alcalde de Nantes, Jean-Marc Ayrault, forma parte
de los fondos de la biblioteca Demy de Nantes desde finales
del siglo XIX. Está escrito de derecha a izquierda, la
marca de la escritura de espejo de Da Vinci, y fue uno de 5.000
documentos donados a esta ciudad en 1872 por el rico coleccionista
Pierre-Antoine Labouchere. El documento, un trozo irregular
de tela hecha a base de algodón de 10 por 20 centímetros,
se encontraba dormido en los archivos locales hasta la semana
pasada, cuando su valor saltó a la luz gracias a la pista
aportada por un periodista de Presse Océan, que acababa
de hacer un viaje a Milán y leyó una biografía
de Leonardo donde aparecía una referencia a esta pieza.
La directora de la biblioteca, Agnès Marcetteau, se mostró
escéptica en un principio, entre otras cosas porque trabaja
allí desde hace más de 20 años y ningún
investigador le había solicitado ese documento.
Sin embargo, la búsqueda del manuscrito fue fructífera
dentro de la colección Labouchère, compuesta de
al menos 3.000 piezas que no han sido analizadas en su totalidad.
Por ahora, el contenido del escrito, unas cuantas líneas
en tinta marrón, sigue siendo un misterio que deben resolver
los expertos, aunque Carlo Pedreti, especialista en el genio
italiano del renacimiento, ya ha adelantado que ‘se trata
de notas sobre el aire y el viento, en relación con un
estudio sobre el vuelo de los pájaros’ y que las
escribió en torno a 1504.