En una carta abierta dirigida
a Antonio Martínez Caler (PSOE), presidente de la Diputación,
de la que depende el Centro José Guerrero de Granada
(España), argumentan su decisión en que, una vez
que el museo está ‘prácticamente desaparecido’,
ya no existe la comisión asesora de la que formaron parte
desde la constitución del centro, hace diez años,
por nombramiento de la institución provincial.
Los asesores agradecen a Caler la confianza que depositó
en ellos pero ‘deploran’ su ‘empeño
por liquidar’ el centro, compartido en los últimos
años, dicen, por la diputada provincial de Cultura, Asunción
Pérez Cotarelo (IU), y su director de área, Jorge
López.
La dimisión del comité asesor se produce a escasos
días de que las obras del pintor granadino expuestas
en el Centro Guerrero abandonen definitivamente Granada, posiblemente
entre el 13 y el 17 de diciembre, tras el fracaso de las negociaciones
entre los herederos y la Diputación para el mantenimiento
del legado del artista en su ciudad natal.
En la carta también reprueban ‘el mal trato’
que, dicen, ha recibido de la Diputación la ex directora
del centro, Yolanda Romero, y, en lo que respecta a ellos, lamentan
que ‘en ningún momento del proceso’ que ha
desembocado en la próxima marcha de las obras de Granada,
la institución provincial les haya pedido su opinión.
‘Prácticamente han logrado su objetivo de liquidar
el centro, imponiendo su voluntad contra cuantas personas se
toman en serio el arte en Granada y fuera de ella’, sostienen
los asesores.
Una vez más los intereses políticos vuelven a
estar por encima de lo que en un principio la política
debe defender, el interés general. Granada se quedará
sin uno de sus referentes artísticos, un Centro reconocido
internacionalmente por sus obras, por sus actividades y exposiciones
y por su buen hacer. De nuevo, ‘gracias’ a nuestros
dirigentes políticos.
Carta abierta al presidente de la Diputación
de Granada, don Antonio Martínez Caler.
Muy señor nuestro:
Prácticamente desaparecido el Centro José Guerrero,
entendemos que ya no existe la comisión asesora de la
que formamos parte desde un principio, por nombramiento de la
Diputación de Granada. No obstante, pensamos que debemos
cumplir la formalidad de presentar nuestra dimisión,
lo que hacemos mediante esta carta abierta, expresando nuestra
gratitud a la institución que nos nombró y confió
en nuestro trabajo. Trabajo no remunerado, pero con enormes
satisfacciones que nunca podrán entender quienes no tengan
un mínimo sentido de lo artístico y, más
aún, de lo público.
Por otro lado, pensamos que debemos cumplir nuestra obligación
de ciudadanos y de personas dedicadas desde siempre al conocimiento
del arte y a su posible extensión.
Ante todo, debemos deplorar su empeño en liquidar el
Centro José Guerrero, compartido en los últimos
años por la diputada de Cultura, doña María
Asunción Pérez Cotarelo, y su director de área,
don Jorge López López.
Tratándose del único centro de sus características
de la provincia de Granada, relevante más allá
de sus fronteras, ese empeño en liquidarlo resulta llamativo.
Sabiendo que implica la conversión del centro en un organismo
sin una nítida definición técnica o científica,
abierto a la posible promoción de personas sin mayor
mérito conocido o reconocido que ser amigos o compañeros
de militancia, resulta tristemente explicable. A la vez, pone
de manifiesto lo inverosímil de su pretensión
de estar defendiendo el interés público frente
a la familia Guerrero, que, según ustedes, estaría
defendiendo el interés privado, siendo evidentemente
lo contrario. Todo en un conflicto creado exclusivamente por
ustedes.
Es evidente que, si la familia Guerrero buscara o defendiera
intereses privados, habría declinado la propuesta de
crear el Centro José Guerrero que le hizo en su día
la Diputación de Granada, y habría vendido las
obras que había heredado, asegurando su bienestar material
por generaciones. Por supuesto, las habría vendido con
todo el derecho del mundo, que es el mismo que tiene a defender
su interés privado, lo que, sin embargo, no ha hecho.
En lugar de eso, cedió esas obras para su disfrute público,
y estaba dispuesta a ceder más, pero sólo para
un centro regido por el Documento de Buenas Prácticas
en Museos y Centros de Arte Contemporáneo del Ministerio
de Cultura, no para un confuso organismo sin ninguna garantía
de funcionamiento basada en ningún antecedente objetivo.
Como principal "agradecimiento", durante la actual
etapa la familia Guerrero ha recibido un sinfín de desconsideraciones,
impertinencias y calumnias, que hirieron en lo más hondo
a la hija del pintor, Lisa, en sus últimos meses de vida,
y que culminan ahora, por parte de la señora Pérez
Cotarelo, con invocaciones a su gran amistad con ella, y a un
José Guerrero revolviéndose en su tumba contra
su familia y a favor de ustedes en el conflicto creado por ustedes
mismos. Como personas que conocimos, admiramos y quisimos al
pintor y a su hija, no podemos dejar de reprobar tales maneras,
como reprobamos el mal trato que ha recibido por parte de ustedes
la directora del centro, doña Yolanda Romero, excelente
profesional, como tal valorada dentro y fuera de España,
tanto por sus colegas, como por los artistas.
Por lo que respecta a nosotros, miembros de la comisión
asesora, lamentamos profundamente que, en ningún momento
del proceso iniciado por ustedes y que ha desembocado en la
actual crisis, ni usted ni nadie de la diputación haya
pedido nuestra opinión, que, a fin de cuentas, no es
sólo la opinión de tres personas que tuvimos amistad
con Guerrero, sino también la de tres personas que hemos
ocupado puestos de responsabilidad en el ámbito de la
gestión museística.
Prácticamente han logrado su objetivo de liquidar el
centro, imponiendo su voluntad contra cuantas personas se toman
en serio el arte en Granada y fuera de ella. Gracias a ustedes,
la provincia de Granada está en el trance de perder para
siempre las obras de Guerrero que ya tenía y las que
sin duda habría tenido de observar ustedes un comportamiento
normal, además de perder el centro con sus diferentes
actividades. En arte, gracias a ustedes, Granada está
a punto de pesar menos, de ser menos, sin beneficiarse en nada
en ningún otro aspecto.
Pensando en el bien público, y en Granada y en el arte
como valores universales, pensamientos que hubiéramos
querido que ustedes compartieran, esperamos que algún
día les sucedan personas con la buena voluntad necesaria
para estar a la altura de ocasiones como la ofrecida por la
familia Guerrero con una generosidad ejemplar.
Lástima que, hasta ahora, no se hayan lanzado al rescate
del centro otras instituciones o entidades, habiendo un bien
público tan gravemente amenazado.
En la generosidad de la familia Guerrero, en que será
la misma si llegan esos momentos, tenemos plena confianza.
Atentamente,
Juan Manuel Bonet Planes
María de Corral López-Dóriga
Eduardo Quesada Dorador