Los últimos en sumarse
han sido los directores de los principales museos del mundo,
entre ellos el MoMA de Nueva York, el Tate británico
y el Guggenheim, quienes han enviado una carta al ministro de
cultura chino, Cai Wu, en la que reclaman la excarcelación
del artista Ai Weiwei. También la jefa de la diplomacia
de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, se ha mostrado
‘profundamente preocupada’ por la detención
del conocido artista chino y de otros activistas de ese país,
y por el ‘deterioro’ de los derechos humanos en
el gigante asiático.
Ai Weiwei lleva una carrera imparable contra la opresión
del gobierno chino desde hace años, pero fue después
del terremoto de Sichuan, en 2008 cuando se hizo muy incómodo.
Ante el silencio de las autoridades del país a la hora
de cuantificar el número de víctimas, Ai Weiwei
decidió investigarlo por su cuenta y puso en marcha un
blog para recordar a los fallecidos. Las autoridades chinas
lo cerraron cuando la lista superaba los 5.000 nombres. Desde
entonces ha sido mirado con lupa, una de las últimas
cosas que le hicieron antes de su detención fue demoler
su estudio de Shanghái.
La agencia de noticias 'Xinhua', anunciaba hace días
que la policía china había retenido al artista
y activista chino Ai Weiwei ya que estaba siendo investigado
como ‘sospechoso de crímenes económicos
de acuerdo con la ley’.
El paradero de Weiwei es una incógnita para sus familiares
y amigos desde el pasado 3 de abril, día en que fue arrestado
en el aeropuerto de Pekín cuando se disponía a
volar a Taiwán, vía Hong Kong, junto a su esposa
Lu Qinglas y las7 personas que forman parte de su equipo de
trabajo.
Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, la Unión
Europea y Australia se han unido a lo largo de los días
a la ONG Amnistía Internacional (AI) y otros grupos al
pedir la liberación de Ai. También decenas de
disidentes, artistas y seguidores del creador chino marcharon
por las calles de la ex colonia británica de Hong Kong,
donde a diferencia del resto de China prevalece la libertad
de expresión para pedir su liberación.
Los manifestantes portaban camisetas impresas con la frase ‘Mal
país, no hay amor’, un juego de palabras con el
apellido del creador detenido, Ai, que en chino se pronuncia
como ‘amor’.
La respuesta del Gobierno chino se produjo en forma de editorial
en el diario 'Global Times'. En el texto se acusaba al activista
de infringir la ley. ‘Ai Weiwei ha escogido un camino
diferente del resto de la gente en cuanto a la ley. Sin embargo,
la ley no cederá ante 'disidentes' sólo por las
críticas de los medios occidentales’, señalaba
el editorial del medio, que pertenece al grupo del Diario del
Pueblo, órgano del Partido Comunista de China (PCCh).
La detención de Weiwei podría formar parte de
la campaña de represión contra la reducida y fragmentada
disidencia china que se inició en octubre, cuando se
anunció el Premio Nobel de la Paz 2010 para el disidente
encarcelado Liu Xiaobo, y se ha recrudecido desde febrero, tras
las llamadas anónimas a emular las revoluciones del norte
de África y Oriente Medio en China.
En estos meses, numerosos ciudadanos críticos con el
régimen de Pekín han sido objeto de detenciones
arbitrarias u otra forma de acoso, o sencillamente han desaparecido,
entre ellos abogados de derechos humanos como Teng Biao, Jiang
Tianyong y Tan Jitian, escritores, periodistas, artistas y blogueros.
Tal es el grado de preocupación que la jefa de la diplomacia
europea, ha pedido a China que garantice que el tratamiento
de los detenidos ‘respeta los estándares internacionales
de los derechos humanos’, y reclamó ‘la liberación
de todos aquellos que fueron detenidos por ejercer la libertad
de expresión’.