Estuvo durante décadas
guardada en las bodegas del Museo del Prado, en Madrid, e incluso
se expuso durante años, pero siempre se le consideró
una copia sin mucho valor de la famosa Mona Lisa de
Leonardo Da Vinci. Hoy, los restauradores de la pinacoteca española,
oficializaron que esta réplica no sólo se pintó
en paralelo al original, sino que su autoría corresponde
a uno de los dos discípulos de ese momento del maestro
florentino: Andrea Salai y Francesco Melzi.
Fuentes del museo informaron que los restauradores han descubierto
bajo el fondo negro del cuadro, que fue añadido posteriormente,
el mismo paisaje toscano que el de la Gioconda o Mona
Lisa del Museo del Louvre, y al estar esta copia en mejor
estado de conservación, arroja luz sobre el enigmático
cuadro de Lisa Gherardini y su icónica sonrisa.
Con mayor nitidez en el sfumato creado por Da Vinci
y una nueva luminosidad en el rostro de la retratada que hace
considerar a La Mona Lisa más joven de como
se intuía en el original, el descubrimiento de esta copia
ha sido certificado no solo por El Prado, sino también
por el propio museo del Louvre.
La conclusión de que esta copia de la Gioconda
fue pintada simultáneamente y en el mismo taller de Da
Vinci se ha obtenido al descubrir, mediante reflectografías
con rayos infrarrojos, que las rectificaciones de la copia son
prácticamente exactas a las que hizo Da Vinci, lo que
hace pensar que el discípulo presenció el proceso
de creación de la obra e introdujo los mismos cambios
que su maestro.
La obra siempre había sido fechada en el primer tercio
del siglo XVI, como contemporánea a la obra de Da Vinci,
pero ahora se estableció su simultaneidad. Además,
el descubrimiento arroja pistas de cómo se trabajaba
en el estudio de Da Vinci en Florencia, junto a sus discípulos,
donde -al parecer-, el realizar el mismo motivo por maestro
y alumnos, era una práctica frecuente.
Con unas dimensiones muy parecidas a la de Leonardo Da Vinci
(76x57cm. la de El Prado, 77x53cm la original), antes de esta
restauración se creía que había sido pintada
sobre roble, lo que la descartaba como copia ejecutada en Italia,
pero ahora se ha sabido que era de nogal, igual que la auténtica
Mona Lisa.
Desde el museo madrileño aclaran que su copia de La
Gioconda no se encontraba en un almacén, sino que
colgó durante años en las paredes del museo y
había sido sometida a una restauración rutinaria.
Y tildan el descubrimiento de 'muy científico' y muy
importante para los historiadores de Arte.
El descubrimiento, que será presentado oficialmente el
21 de febrero, viajará a la exposición que el
Louvre prepara sobre La Santa Ana, de Leonardo, prevista
entre el 29 de marzo y el 25 de junio, de forma que la Mona
Lisa y su 'gemela' volverán a reunirse.