Antoni Tàpies i Puig
será despedido hoy en un funeral en estricta intimidad
por voluntad expresa de la familia, mientras su Fundación
abrirá sus puertas durante dos días para que los
ciudadanos puedan testimoniar su pésame. Según
ha informado la Fundación Antoni Tàpies, en señal
de luto por la muerte del artista, este museo abrirá
sus puertas hoy desde las 15:00 a las 21:00 horas y mañana
desde las 9:00 a las 21:00 horas, para facilitar el acceso libre
a las obras expuestas. Asimismo, se pondrá un libro de
condolencias a disposición de todos los que deseen dejar
un mensaje por escrito.La Fundación Tàpies ha
informado también de que próximamente anunciará
la fecha en la que se celebrará un acto de homenaje público
en su sede, ubicada en el número 255 de la calle Aragón
de Barcelona.
El pintor nació en 1923 en Barcelona, en el seno de una
familia burguesa, culta, catalanista y de tradición liberal.
Marqués de Tàpies, desde abril de 2010, estaba
casado con Teresa Barba Fábregas y tenían tres
hijos, Antoni, Clara y Miquel.
Tàpies tuvo claro desde joven que su motivación
era la pintura y por ello abandonó sus estudios de Derecho
para dedicarse a esta disciplina y el dibujo. No tardaría
mucho en confirmar que su pasión sería su modo
de vida ya que comenzó a exponer en la década
de los 40.
Su obra no sólo era pictórica, también
se extiende a piezas de cerámica, tapices y esculturas,
así como ilustraciones de libros y autor varios libros
de arte.
Era un hombre de la cultura en su más amplia expresión.
Su experimentación formal, sus posiciones teóricas
y políticas y sus amplias colaboraciones con otros artistas,
poetas, como Brodsky o Gimferrer, hicieron de Antoni Tàpies
uno de los artistas españoles del siglo XX más
reconocidos internacionalmente.
Su contribución a las artes plásticas se vio recompensada
con numerosos premios internacionales. Fue académico
de Bellas Artes de Berlín (1982) y miembro honorífico
de la Kunstlerhans de Viena (1989), la fundación de arte
más antigua de Europa. A finales de los 80 fue declarado
miembro honorario de las Bellas Artes de la Academia de San
Fernando, aunque en 1981 había recibido la Medalla de
Oro de Bellas Artes de España. Cinco años más
tarde, en 1994, también obtuvo la distinción de
miembro honorario de la Academia de Bellas Artes de Francia.
Su reconocimiento internacional se amplió cuando le fue
concedido el premio de la Unesco. Además, su lista de
galardones se fue engrosando en 1990 cuando recibió el
Príncipe de Asturias de las Artes. Y ese mismo año
el arte asiático se rindió a sus pies con la entrega
del Premium Imperiale de Pintura de la Asociación Japonesa
de Arte.