El medallón, de diez
centrímetros de diámetro, hallado posee conocidos
símbolos judíos como el candelabro de siete brazos
(Menorá), el instrumento ritual en base a un cuerno de
animal (Shofar) y un rollo de la Torá. A su lado, 36
monedas y cadenas de oro y plata. Y todo escondido a 50 metros
de una pared del Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas
de Jerusalén, al sur del Muro de las Lamentaciones.
Según ha comentado la profesora israelí Eilat
Mazar, responsable de la excavación, ‘Se trata
de un descubrimiento que ocurre una vez en la vida. Nos ha dejado
a todos asombrados y casi sin palabras’. Es un auténtico
tesoro arqueológico, ya que va más allá
de su naturaleza material, el oro o de la antigüedad, 1.400
años, de época bizantina, es como dicen en el
centro universitario, porque ‘posee una dimensión
internacional’.
El hallazgo reflejaría la presencia de la comunidad judía
en Jerusalén durante el breve imperio persa en el siglo
VII. Según Mazar, tras la conquista persa de Jerusalén,
muchos judíos regresaron a Jerusalén con la esperanza
de disfrutar de libertad política y religiosa. Se cree
que los valiosos objetos fueron escondidos en una bolsa y enterrados
por sus dueños judíos.
‘Hemos estado haciendo hallazgos significativos desde
la época del Primer Templo en una época mucho
más antigua en la historia de Jerusalén, por lo
que descubrir ahora esta Menorá de siete brazos de oro
del siglo VII a los pies del Monte del Templo es una sorpresa
completa’, concluye Mazar.
Según el experto en numismática Lior Sandberg,
el 'Tesoro Ophel' (bautizado así por el nombre de la
zona de excavación) es la tercera colección de
monedas de oro encontradas en Jerusalén.