La puerta pertenecía
a la que había sido la casa de Rabea Darduna, un palestino
padre de seis hijos, y no sabiendo el valor que tenía
se la vendió a un artista que le ofreció 700 shekels
(unos 162 euros) por ella. Ahora Darduna, que se siente estafado
al saber el valor real,quiere recuperar el valioso dibujo. "Luego
lo venderé como un banksy y no como una puerta vieja",
dijo, señalando que necesita el dinero para atender a
su familia.
Sin embargo, el comprador, no se plantea devolverla. Belal Khaled
dice que la compró para preservarla y protegerla de ser
movida, dañada o destruida. Además, defiende que
no le mintió al vendedor, pues le dijo de quién
era la pieza, pero le pareció que Darduna no entendía
lo que eso significaba. "Yo no pienso venderla", concluye,
"consideraré ofertas para mostrarla en galerías
internacionales que se centren en el sufrimiento de Gaza y las
agonías de la guerra".
La obra la realizó el artista en una puerta de acero
de una casa destruida por los bombardeos de la ofensiva israelí
en la franja de Gaza. El artista colgó el 25 de febrero
en su Instagram
esta obra, la que se ha identificado como Níobe, esposa
del rey de Tebas. Esta pieza no es la única que realizó
durante esta segunda estancia en esta zona, también pintó
una “atracción de feria” unos columpios con
unos niños dando vueltas alrededor de una torre de vigilancia,
un enorme gatito y una pintada con una frase: “Si nos
lavamos las manos en el conflicto entre los poderosos y los
que no tienen poder, nos ponemos del lado de los poderosos:
no nos mantenemos neutrales”.
Pero como hemos señalado, no era la primera vez que el
artista británico hacía de las suyas en esta parte
del planeta. Ya en 2007, había causado expectación
en Belén (Cisjordania), donde pintó murales junto
a grafiteros locales y extranjeros en el muro que Israel levantó.