El enterramiento, según
ha informado el ministro de Antigüedades, Mamduh al Damati,
ha sido descubierto por un equipo de arqueólogos formado
por egipcios y estadounidenses, presidido por el director de la
zona arqueológica de Dashur y Al Lasht, Mohamed Yusef,
y la arqueóloga Sara Barkak, de la Universidad estadounidense
de Alabama, que realizaban trabajos de limpieza en la zona.
Al lugar, tallado en la roca, se accede a través de un
camino ascendente hecho de ladrillos de adobe. Se ubica al sur
de la pirámide de Sesostris I en la zona arqueológica
de Al Lasht, un área de la necrópolis que alberga
a miembros de la realeza y la élite del Imperio Medio (2055-1650
a.C.). Dentro, los muros están en gran estado de conservación
y en ellas se ven escenas en las que el difunto aparece frente
a las deidades y junto a su familia.
Aún no se sabe quien era el ocupante de la tumba, pero
sí que tenía el título de "Portador
de los sellos reales" y debía estar vinculado al reinado
de Sesostris I, el segundo faraón de la Dinastía
XII, perteneciente al denominado Imperio Medio (2134-1569 a. C.),
que se caracterizó por ser una época de paz relativa
en la que se trató de asegurar las fronteras y las conquistas
logradas durante el periodo anterior.
Este último descubrimiento se ha localizado en una misión
encargada de registrar y salvar la necrópolis de las excavaciones
ilegales que florecieron tras las revueltas que desalojaron del
poder a Hosni Mubarak en 2011. Bajo las de Sarah Parcak la expedición
ha comenzado además a formar a arqueólogos egipcios
en el uso de nuevas técnicas de preservación y documentación
de antigüedades así como en la utilización
de satélites para proteger los yacimientos y evitar su
expolio. Por otra parte, también prosigue la excavación
de la tumba del alto cargo de Sesostris I en busca de la identidad
de su morador. La sepultura, con más de 4.000 años
de antigüedad, es el segundo hallazgo de la época
de Sesostris I que se anuncia en el último año.
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