Un
equipo de arqueólogos griegos capitaneado por Konstandinos
Sismanidis, dirige las excavaciones desde 1996, tienen casi la
completa certeza de haber hayado la tumba del filósofo
y maestro de Alejandro Magno, Aristóteles. Las excavaciones
llevadas a cabo durante más dos décadas en la antigua
ciudad de Estagira, el lugar de nacimiento del filósofo,
en la parte oriental de la península de Calcídica
cerca de Olimpia han dado sus frutos.
"No tenemos pruebas, pero sí indicios muy fuertes
que rozan la certeza", declaró el director de las
excavaciones, Konstandinos Sismanidis.
Sismanidis ha presentado los resultados en el congreso internacional
"Aristóteles - 2.400 años" celebrado en
la Universidad de Salónica.
El equipo de Sismanidis llegó a la conclusión de
que un edificio descubierto en 1996 en las citadas excavaciones
no puede ser otra cosa que el mausoleo de Aristóteles,
tras analizar dos manuscritos en los que se hacía alusión
al traslado de las cenizas del filósofo a su ciudad natal.
A los expertos que trabajaban en Estagira desde el inicio de los
años 1990 les sorprendió que en medio de una fortificación
del periodo bizantino hubiera restos de un edificio, cuyas características
no coincidían con esa época ni con eras posteriores.
Los hallazgos en el interior de las ruinas del edificio, monedas
de Alejandro Magno y de sus sucesores, sitúan su construcción
al comienzo del periodo helenístico. Los restos del techo
encontrados en este yacimiento arqueológico demostraron
que se había fabricado con tejas de la fábrica real,
lo que demuestra que se trataba de un edificio público.
El edificio está situado entre una galería del siglo
V a.C. y un templo de Zeus del siglo VI a.C., dentro de la antigua
ciudad, cerca de su ágora, y con vistas panorámicas.
En el suelo del edificio hay un rectángulo de 1,30 por
1,70 metros, lo que corresponde a un altar.
Todas estas indicaciones y el hecho de que la forma del edificio
no permitía atribuirle otro uso que el de una tumba, hicieron
sospechar a los arqueólogos que se trataba de un mausoleo.
Finalmente, llegaron a la conclusión de que probablemente
la persona a la que estaba dedicado el mausoleo era Aristóteles
con la ayuda de dos documentos antiguos: una traducción
en árabe del siglo XI d.C. de una biografía del
filósofo griego y el manuscrito No. 257 de la Biblioteca
Marciana de Venecia. Ambos documentos precisan que cuando Aristóteles
murió en 322 a.C. en la ciudad de Calcís (actual
Calcidia) los habitantes de Estagira trasladaron sus cenizas a
una urna de cobre, la pusieron en un mausoleo y a al lado de ellas
construyeron un altar. |
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