El
descubrimiento ha sido localizado a nueve metros de profundidad
en lo que será la estación Amba Aradam de la línea
C del metro romano, y según aseguró el superintendente
de Arqueología de la capital italiana, Francesco Prosperetti,
los restos constituyen una de los más importantes descubrimientos
arqueológicos de los últimos años.
Lo extraordinario del descubrimiento es su tamaño, pues
se trata de casi dos mil metros cuadrados de lo que era una estructura
militar destinada a oficiales y no a soldados rasos. Esto se deduce
del hecho de que las paredes del cuartel estaban decoradas con
frescos y sus pisos con mosaicos.
Pero según Prosperetti, el destino del cuartel quedó
marcado por la edificación de los Muros Aurelianos, aún
visibles en la zona, que se hicieron necesarios para proteger
a la urbe del asalto de las tribus bárbaras. “La
decadencia del imperio hizo que por primera vez se necesitaran
muros de protección, por lo que el cuartel fue parcialmente
demolido en la antigüedad pues no podía estar al lado
de los muros”.
Sin embargo, el hecho de que durante los siglos sucesivos la zona
permaneciera prácticamente libre de edificios, ha permitido
que los restos de la estructura militar llegaran hasta nuestros
días.
“Los restos del cuartel romano salieron a la luz a nueve
metros de profundidad del actual nivel de la calle, una profundidad
en la que es prácticamente imposible, con los instrumentos
actuales, poder prever la presencia de estructuras antiguas”,
explicó Rosella Rea, responsable científica de la
excavación arqueológica. Quien también explicó
que por ello fue necesaria una excavación que dio sus frutos
al sacar a la luz una vasta área de lo que fue un inmueble
construido en torno al “campus martials”, que corresponde
a la actual plaza de San Juan de Letrán.
“A lo largo de un pasillo de más de 100 metros de
largo se abren 39 estancias, de las cuales 25 tienen una amplitud
de 16 metros cuadrados y que eran en las que se alojaban los militares.
Algunos locales conservan pavimentos de mosaicos con diseño
geométrico y en las paredes frescos”, explicó
la experta.
Las investigaciones arqueológicas en la estación
Amba Aradam de la línea C del metro se desarrollaron entre
los meses de noviembre y diciembre pasados y, tras una pausa,
se han vuelto a retomar en marzo de este año.
La zona arqueológica ocupa un área de 1.753 metros
cuadrados y se planea continuar la construcción de la línea
C del metro, desmontar temporalmente los restos arqueológicos
para permitir la edificación de la estación y al
final recolocarlos en su lugar original, de manera que el público
pueda admirarlos cuando entre en funcionamiento, que sea en el
2021. |
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