La
crisis política brasileña cruza invariablemente
esta edición de la Bienal Internacional de Arte de Sao
Paulo que estará expuesta durante cuatro meses en la mayor
urbe de Brasil bajo la consigna "Incerteza Viva" y un
programa que mezcla una naturaleza bien brasileña, el momento
mundial de la migraciones, instalaciones multimedia y experiencias
sensoriales.
La muestra que estará abierta al público del 7 de
septiembre al 11 de diciembre, montada en el parque de Ibirapuera
de la capital paulista, se presenta como una plataforma donde,
a través del arte, se entrelazan libremente ideas y temas
y se promueve la diversidad, la libertad y la experimentación.
Este año, la muestra, que propuso a las artistas abordar
interrogantes sobre cualquier tema, recayó, y mucho, en
la ecología, en cómo pensar la vida en las ciudades
y en el regreso a las fuentes, con instalaciones multimedia inéditas
y nunca vistas en Brasil, que apelan a la utilización de
moscas, sal del Himalaya para generar sonidos y también
una obra con shimeji, el hongo japonés muy consumido en
San Pablo, ciudad con más de 700 restaurantes de sushi.
En la bienal de este año, dominada por las mujeres, destaca
la capacidad de la incertidumbre de generar creatividad e improvisación.
"Mientras la estabilidad es comprendida como un remedio para
la angustia, la incertidumbre generalmente se evita o es rechazada.
El arte, sin embargo, siempre juega con lo desconocido",
subraya el comisario de la bienal, Jochen Volz.
La alemana Hito Steyler es una de las grandes atracciones multimedia
con su instalación basada en las palabras más usadas
en las letras de moda del top ten de los últimos diez años,
en la obra llamada "Hell, yeah, we, fuck, die." Otra
artista a destacar es la peruana Rita Ponce de León que
ha creado un laberinto de barro a partir de los movimientos de
bailarinas clásicas o la brasileña Lais Myrrhacon
su instalación "Dos Pesos, Dos Medidas", en la
que ha construido dos torres de 20 metros de altura: una hecha
de materiales empleados en construcciones indígenas y otra
con materiales de la construcción civil "occidental",
poniendo en igualdad lo ancestral con la modernidad.
El comisario jefe, el alemán radicado en Brasil Jochen
Volz, explicó que a diferencia de 2014, este año
hay menos obras pero de grandes dimensiones y que el 70 por ciento
de los trabajos fueron hechos específicamente para esta
Bienal. |
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