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Y CULTURA
75
años sin Miguel Hernández
Mañana se cumplen 75 años de la muerte del genial poeta
Miguel Hernández, y es por ello que el Congreso de los Diputados
acordó declarar 2017 ‘Año Miguel Hernández’.
HOMINES.COM | 27/03/2017]
Muchos son los actos que programados para celebrar esta efeméride.
Lectura y representación de sus obras, exposiciones, rutas
por los lugares donde creció etc. Pero cabe destacar una
en particular. Y es la que han puesto en marcha la Comunidad Valenciana
y Andalucía, que han unido sus fuerzas y han digitalizado
el legado, del considerado "poeta del pueblo". Los fondos
son accesibles a través de la web del Instituto
de Estudios Giennenses (IEG), dependiente de la Diputación
de Jaén. La colección consta de 5.819 registros
bibliográficos, entre ellos manuscritos, folletos, partituras,
prensa histórica y grabaciones sonoras, así como
de 26.684 imágenes.
Junto a Antonio Machado y Federico García Lorca, Miguel
Hernández completa "la trilogía"
de los grandes "mártires" de la República
española, que fueron perseguidos y encarcelados por el
régimen franquista.
Miguel Hernández Gilabert, nació
el 30 de octubre de 1910 en una familia de ganaderos en la provincia
de Alicante. Dejó la escuela a los 15 años por orden
de su padre para ser pastor. En el campo, junto al rebaño,
se empapó de la obra de autores como Virgilio o San Juan
de la Cruz y compuso sus primeros versos.
Sus versos marcaron la línea de la poesía española
de la posguerra, la llamada poesía social y la poesía
desarraigada, y en los años 70 se convirtieron en "himnos"
durante la Transición a la democracia española gracias
a cantautores como Joan Manuel Serrat.
La evolución de Miguel Hernández hacia el compromiso
social y político, que le llevó a alistarse en el
ejército republicano durante la Guerra Civil española
(1936-1939), se plasma en su obra, que en sus primeras composiciones
aún recogía el influjo de la sociedad católica
y conservadora en la que creció en su Orihuela natal.
Cruciales fueron sus viajes a Madrid, donde entró en contacto
con círculos progresistas y literarios, y su experiencia
en las Misiones Pedagógicas, programa estrella del Gobierno
de la Segunda República (1931-1936) que pretendía
llevar la cultura y la educación a las zonas rurales marginadas.
En la capital española, dos futuros premios Nobel le abrieron
las puertas: Pablo Neruda y Vicente Aleixandre. Gracias a ellos
conoció a algunas personalidades de Latinoamérica,
que a su vez ayudaron a difundir su obra al otro lado del Atlántico.
El levantamiento militar contra el Gobierno de la República
en 1936, que desembocó en la Guerra Civil, marcó
la vida y la obra de Miguel Hernández, quien se afilió
al Partido Comunista y se incorporó como voluntario el
ejército republicano. En 1937 llegó a viajar a la
URSS para asistir al Festival de Teatro Soviético.
En plena guerra se casó con Josefina Manresa, con quien
tuvo dos hijos, Manuel Ramón y Manuel Miguel. El primero
murió meses después de su nacimiento. En 1939, al
finalizar la Guerra Civil, el poeta fue detenido el 4 de mayo
de 1939 trasladado al calabozo del puesto fronterizo de Rosal
de la Frontera (Huelva), según deja constancia Rafael Córdoba,
agente auxiliar interino: “En la villa de Rosal de la Frontera,
siendo las doce horas del día 4 de mayo de 1939, Año
de la Victoria, comparece el que dice ser y llamarse Miguel Hernández
Gilabert, de 28 años de edad, casado en la que fue zona
roja, de profesión escritor, e hijo de Miguel y de Concepción,
natural de Orihuela (Alicante) y con domicilio en Cox (Alicante)”.
Fue condenado a muerte, aunque la pena le fue conmutada por 30
años de cárcel.
Tras publicar títulos como “Perito el lunas”
o “El rayo que no cesa”, algunos de sus poemas más
famosos los escribió en prisión en trozos de papel
higiénico, como los que recoge el “Cancionero y romancero
de ausencias”, que fue publicado póstumamente en
Buenos Aires (Argentina). La obra se cierra quizá con el
poema más conocido de Miguel Hernández: las Nanas
de la cebolla, en las que expresa su tristeza e impotencia por
no poder estar junto a su mujer y su hijo recién nacido
en un momento duro. Pero, pese a su dolorosa situación,
en esos meses el poeta trata de animar a su familia y escribe
varios cuentos para su retoño.
El final de Miguel Hernández llegó el en el Reformatorio
de Adultos de Alicante el 28 de marzo de 1942 cómo dejó
redactado en el parte el oficial de Enfermería Francisco
Núñez en el que da cuenta de su fallecimiento: “Señor
jefe de servicio: El oficial que suscribe tiene el honor de informar
a Vd. que a las 5’30 horas del día de hoy falleció
el recluso hospitalizado en esta enfermería Miguel Hernández
Gilabert, encontrándose de imaginaria el enfermero Vicente
Beneyto Luna, que según me manifiestan los demás
de la Sala General, estaba a la cabecera del fallecido atendiéndole
ayudado por alguno de los enfermos, y llamando asimismo para ayudarle,
cuando notó que había expirado al otro enfermero
Blas Parreño Morell, prodigándole entre ambos los
cuidados correspondientes. Significo a Vd. que el haber salido
el cadáver con los ojos abiertos ha sido debido a no poder
cerrárselos por medios naturales, según me manifiesta
el médico auxiliar recluso”.
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Imagen:Miguel
Hernández evocando a Ramón Sijé durante la
inauguración de la plaza que llevaba su nombre en Orihuela.
Abril de 1936. |
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