Javier Sierra (Teruel,
1971) ha sido el flamante ganador del premio más suculento
de las letras españolas, ya que está dotado con
601.000 euros. Su nombre sonaba desde hace años como
uno de los principales favoritos, se presentó al galardón
con el seudónimo de Victoria Goodman y el título
provisional de “La montaña artificial”. El
definitivo será “El fuego invisible”, una
novela protagonizada por un joven profesor, afincado en Dublín,
de origen español y nieto de un famoso escritor, viaja
por unos días a Madrid a fin de participar de un extraño
grupo de estudio que se dedica a seguir el rastro de la famosa
reliquia cristiana en la literatura y el arte. Y lo que parece
una mera investigación científica pronto se transformará
en otra cosa, tras el asesinato de uno de los investigadores.
Tras la peligrosa pista del codiciado Grial la trama despliega,
como es habitual en el autor, mucha erudición histórica
y una gran paleta de referentes culturales, a través
de múltiples escenarios españoles.
Al recibir el premio Sierra quiso dedicarlo "a los compañeros
escritores", afirmó emocionado por el "momento
impresionante" ya que "se trata de la palabra donde
reside la fuerza creativa de nuestra civilización".
"Es en el uso de la palabra donde está el origen
de la bondad y de la maldad, ése es el fuego invisible
que tenemos todos en nuestro interior", explicó
el autor en relación a su novela. En concreto, la trama
apunta al origen de una palabra "que cambió el destino
de Europa en el siglo XII": "Ésa palabra es
Grial".
La finalista ha sido la escritora madrileña Cristina
López Barrio (Madrid, 1970) con “Niebla en Tánger”,
novela presentada como “La nueva vida de Penélope”
tras el seudónimo de Bella Linardi, y dotado con 150.250
euros. Una ambiciosa aventura literaria que explora sin complejos
los puntos de contacto entre ficción y realidad. Tras
una fugaz aventura con un hombre desconocido en una habitación
de hotel, una aburrida ama de casa se propone seguir el rastro
del amante sólo con el amuleto y la novela que estaba
leyendo como pistas. Una búsqueda que la llevará
a Tánger y al interior de esa novela olvidada, cuyo protagonista
se llama igual que el hombre buscado. Y quizá ese relato
sea también el de su vida
En su discurso quiso dedicar el premio a los lectores y, sobre
todo, a los libreros "por su magnífica labor".
"Ésta es una novela que habla de la creación
literaria como arma peligrosa y a la vez como fuente de sanación".
El jurado ha apostado por un valor seguro, ya que Javier Sierra
no sólo es uno de los autores de ficción más
traducidos de los últimos tiempos, sino que es el único
escritor español que ha conseguido trepar a la lista
de más vendidos de The New York Times. Entró al
ansiado top ten en 2006 con La cena secreta. Experto del thriller
de enigma histórico y autor de una decena de libros entre
novela y ensayo, Sierra lleva más de una década
demostrando con creces sus dotes de comunicador en radio y televisión.
Entre sus obras destacan además de “La cena secreta”
(2004), las novelas “El maestro del Prado” (2013)
y “La pirámide inmortal” (2014). Su producción
ensayística con títulos como “La ruta prohibida
y otros enigmas de la Historia” (2007) y “En busca
de la Edad de Oro” (2000).
La autora finalista Cristina López Barrio también
tiene un recorrido prometedor y exitoso pero en el segmento
de la novela psicológica o sentimental. Tras un sonado
debut en novela juvenil que le valió el II Premio Villa
de Pozuelo de Alarcón, se dio a conocer al público
adulto en 2010 con “La casa de los amores imposibles”.
Luego llegaron “El cielo en un infierno cabe” (2013)
y “Tierra de brumas” (2015).
Lo que no se repite este es el ambiente de su tradicional gala
literaria en el Palau de Congressos de Barcelona, marcado por
la fría tensión desencadenada por el procés
independentista catalán y el ya confirmado cambio de
sede social de Planeta a Madrid.