Coincidiendo con
la presentación de la programación de actividades
de otoño, bajo la dirección del nuevo responsable
del Centro, Rafael Doctor Roncero, Montijano tomó la
primera planta del CAF por unos minutos, haciendo convivir el
mundo visible con el invisible, el plano material con su universo
simbólico y espiritual.
La performance Agua. Metamorfosis XXII es un trabajo
que hunde sus raíces en Almería. Para su preparación
Marc Montijano estuvo en el manantial de Río Aguas, un
oasis que se agota a pasos agigantados. E incluso se ha querido
acercar filosóficamente a esta tierra, investigando sobre
el místico sufí almeriense del siglo XI Ibn al-Arif.
El agua, la sobreexplotación de los recursos hídricos,
es un problema mundial, pero en Almería la situación
preocupa especialmente. Para esta performance el artista ha
querido hacer una reflexión sobre está problemática
bajo su óptica:
“Hace tiempo que quería trabajar sobre el cambio
climático y sus consecuencias, cada vez más evidentes.
Sus efectos en el agua son especialmente preocupantes, con los
acuíferos y los embalses cada vez más secos. En
España vivimos últimamente en un verano eterno,
nos estamos acostumbrando a la sequía, y cuando llueve
lo hace de forma violenta con tormentas e inundaciones. El origen
de todo, no es otro que la acción del ser humano, un
ser humano embrutecido y egoísta, que contamina, agota
y destruye. Sé que como artista no puedo hacer gran cosa,
pero a través de mis acciones intento denunciar una realidad
y mostrar una alternativa más benigna”.
Un río de cuerdas y cuatro modelos en estado de metamorfosis,
fueron los elementos empleados en esta acción por el
artista para desvelarnos por unos instantes su mundo. En sus
performances Marc Montijano, refleja un plano diferente
de la realidad. Articulando una serie de elementos fijos y cargados
de simbología, busca crear un clima que envuelva el espacio
e introduzca a los espectadores en su universo artístico.
Como ha indicado el propio artista: “para mí lo
más importante es lograr un clima que sumerja al espectador
y a todo el que participa en la acción, en la filosofía
de mi trabajo. El espacio que empleo, el desnudo, las cuerdas,
los sacos, me ayudan a crear eso, pero no son el fin, son el
puente que lleva a otro lado. Intento construir algo que les
sumerja en mi mundo, que conecten con lo que hay detrás,
intento que vean lo invisible”.
“En alquimia el agua es el pensamiento, la prima materia,
la falta de él, la inconsciencia del ser humano es la
causa de su derroche, su sobreexplotación y su mal aprovechamiento;
el agua es también uno de los cuatro elementos, símbolo
del salvador, y representa el espíritu divino femenino.
Bajo estos parámetros y algunos más, he querido
indagar en este proyecto”.