El
fragmento recompuesto a partir de otras 60 partes unidas el año
pasado. Pertenecen a los Manuscritos del Mar Muerto, la copia
más antigua de la Biblia hebrea que más ha fascinado
a los investigadores del siglo XX. Ahora, acaban de darle significado
a una de sus partes más oscuras.
Este texto había sido encriptado bajo un tipo de cifrado
antiguo. Según ha contado Eshbal Ratson, investigador de
la Universidad de Haifa en Israel: “El pergamino está
escrito en código, pero su contenido real es simple y bien
conocido, y no había ninguna razón para ocultarlo.
Esta práctica también se encuentra en muchos lugares
fuera de Israel, donde los líderes escriben en código
secreto, incluso cuando se discuten asuntos universalmente conocidos,
como un reflejo de su estado”.
Estos Manuscritos (o Rollos) del Mar Muerto, llamados así
por hallarse en grutas situadas en la zona de Qumrán, a
orillas del mar Muerto, son una colección de 972 manuscritos
que datan de hace más de 2.000 años. Los fragmentos
cosidos, que anteriormente se pensaba que pertenecían a
varios pergaminos diferentes, revelan descripciones de los hábitos
de los misteriosos habitantes del desierto que escribieron los
textos.
Los Manuscritos, fueron encontrados en las cuevas de Qumran, en
la costa occidental del Mar Muerto, en una región de Cisjordania,
entre 1947 y 1956. Según los informes, un joven pastor
beduino los descubrió en busca de ovejas perdidas. La colección,
data, por lo menos, del siglo IV a.C. Más de 900 pergaminos
que contienen algunas de las inscripciones más antiguas
de la Biblia hebrea, lo que allanó el camino para el Antiguo
Testamento cristiano.
El último texto descifrado se refiere a los detalles del
calendario de 364 días observado por la secta de Qumrán,
un tema controvertido entre los antiguos judíos durante
el llamado período del Segundo Templo. Según Ratson:
“El calendario lunar, que sigue el judaísmo hasta
nuestros días, requiere una gran cantidad de decisiones
humanas. Las personas deben mirar las estrellas y la luna e informar
sobre sus observaciones, y alguien debe estar facultado para decidir
sobre el nuevo mes. Por el contrario, el calendario de 364 días
era perfecto. Debido a que este número se puede dividir
en cuatro y siete, las ocasiones especiales siempre caen en el
mismo día. El calendario de Qumrán no cambia, y
parece haber incorporado las creencias de los miembros de esta
comunidad con respecto a la perfección y la santidad”.
El pergamino también parece revelar fechas importantes
(festividades) en el calendario del grupo que no se mencionan
en la Biblia, pero que se detallan en otros lugares en los Rollos
del Mar Muerto. Además, el texto revela algo nuevo para
los investigadores: una nueva interpretación de una palabra
antigua.
Tekufah (“período”) se usa en el manuscrito
para indicar un día de transición especial entre
cada temporada que pasa, y mientras el término había
aparecido en otras partes, nunca antes tuvo ese nivel de contexto.
Dicho esto, el objetivo general del cifrado no está del
todo claro, “parece que el cifrado era un medio de transmitir
prestigio a los iniciados, pero no un medio de seguridad del 100%
o impedir la comprensión por parte de otros miembros de
la comunidad”, finalizan en el estudio.
Los investigadores israelíes reconocieron que les ayudó
a descifrar el código un conjunto de anotaciones en los
márgenes hechas por un escriba que corrigió las
omisiones del autor. “Fueron pistas que me ayudaron a descifrar
el enigma: me mostraron cómo armar el pergamino”,
dijo el Dr. Ratzon al periódico Haaretz.
Los investigadores ahora están dirigiendo su atención
al último rollo restante que aún no se ha descifrado.
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