Innumerables
esculturas con siglos de antigüedad fueron destruidas,
casi en su totalidad, por los yihadistas cuando tomaron el control
de la Ciudad Vieja de Palmira, en el centro de Siria.
Entre las piezas dañadas se encontraba “La Bella
de Palmira”, busto de 1.800 años de una mujer con
joyas y suntuosos atuendos que fue dañado durante la
primera ofensiva en 2015. El arqueólogo Muntajab Youssef
trabaja en su restauración junto a su equipo, en el Museo
Nacional de Damasco.
Después de que las fuerzas del gobierno sirio recuperaran
la ciudad con apoyo militar ruso en marzo de 2016, el busto,
junto con otras piezas, fue trasladado a Damasco y archivado
en cajas. Según Youssef, uno de los 12 arqueólogos
dedicados a las tareas de restauración y quien lleva
trabajando en el busto dos meses, cuando comenzó el trabajo
de restauración, la pieza estaba hecha pedazos. “Las
manos y la cara se perdieron completamente, también partes
del vestido y hay zonas que son más débiles”.
Mamoun Abdulkarim, exjefe de Antigüedades de Siria, explicó
que en algunos casos las piezas dañadas se transportaban
en cajas de municiones vacías proporcionadas por el Ejército
en Palmira.
Es difícil cuantificar la cantidad de piezas que hay
en total, dado el estado en que se encontraron. La falta de
documentación de los objetos también se suma al
desafío de la restauración. “Una gran parte
de la documentación del museo de Palmira fue dañada”,
dijo el arqueólogo Raed Abbas, que añadió
que “Una estatua necesita fotos para ser reconstruida”.