La ofrenda de cerámica
compuesta por cuatro vasijas fue hallada en la Zona Arqueológica
de Uxmal, en Yucatán, a metro y medio por debajo del
espacio donde hace unos meses se descubrió la Estela
18, vestigio maya con relieves en ambas caras que representan
a dos deidades prehispanicas.
Es posible que esta ofrenda haya sido depositada en algún
momento del periodo Clásico Tardío (750-900 d.C.),
durante la invocación a la diosa y el dios de la abundancia
representados en dicho monumento dual: la Señora Chak
Chel y el Caminante del Inframundo, según explicó
en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH).
La ofrenda fue detectada por el equipo que dirige el arqueólogo
José Huchim Herrera, en la Estructura 26 del grupo arquitectónico
conocido como El Palomar, donde se realizaron labores de investigación,
exploración y conservación, con recursos del Promeza.
El arqueólogo explicó que la disposición
de las cuatro vasijas evoca las cuatro esquinas del universo
y los cuatro puntos cardinales, que contenía un líquido
sagrado como alimento de los dioses. Un cajete trípode
con sonaja (para el servicio de alimentos), el cual aún
conserva policromía, cubría las cuatro vasijas,
como un contenedor que alude al cosmos y la continuidad armónica
del universo.